En mi búsqueda de encontrar elaboradores españoles de calidad me crucé con esta marca tan seductora. Como buen amante del Branding, Chiles Hermanos me atrapó rápidamente. Una seducción que continuó y se intensificó al comprobar que la identidad visual estaba a la misma altura que sus recteas, unas de las mejores salsas picantes españolas que podrás probar.
César Gómez-Mora, o el hermano César para los que ya nos consideramos de la hermandad, es el artista valenciano detrás de esta iniciativa. Un camino que arrancó en 2010 tras un viaje mochilero por el mundo. 14 meses donde descubrir nuevos mundos, nuevas cocinas y nueva adicción: la capsaicina.
Cuando volví a Valencia me puse a plantar mis propios pimientos y hacer pruebas con recetas de salsas y mermeladas. La idea era tener picantes para mí e ir regalando a amigos y conocidos. Me iban pidiendo cada vez más, hasta que un día una sociedad gastronómica vasca me encargó 3 litros. Fue el momento de lanzarme.”
En un escenario muy desolador como es la industria del picante en España, César decide emprender y lo hace en serio: apoyándose en dos equipos de profesionales que le ayudarán a dar forma final a este sueño.
Por una parte, cuenta con la ayuda de dos grandes chefs: Germán Carrizo y Carito Lourenço de Tandem Gastronómico. Además, utiliza su espacio gastronómico para crear y elaborar, alejado de entornos de fabricación más industrial. César es el creador, investigador y el maestro salsero con la suficiente humildad de dejarse acompañar y recomendar por dos virtuosos de los fogones.
Exploro muchísimo con Germán y Carito, busco encontrar una experiencia de sabor única y singular. Son creaciones que yo llevo muy trabajadas a su cocina y ellos actúan como consultores del sabor. Me ayudan a rematar, redondear y complementar hasta dar con la receta perfecta.
Por otra parte, se ha sabido acompañar de profesionales creativos que le ayudaran a generar un concepto de marca a la altura de la calidad de los productos. La agencia valenciana Player acompañó a César en darle forma a una realidad con la que nos encontramos a menudo los “chilliheads”. Esa relación de fraternidad en torno al capsicum.
Hay una conexión emocional muy especial con el picante. Se produce una explosión de hermandad cada vez que se nombra.
Efectivamente, a mi también me pasa, en cuanto se habla del tema se abre una conversación imparable. Es como si las endorfinas y la oxitocina se pusieran en funcionamiento antes de probar una salsa, sólo con nombrar el tema. Si a esa hermandad espontánea le añades un imaginario con un punto secreto, prohibido, para unos “pocos y elegidos”, tienes una identidad imparable.
Y que ese Branding cuidado no os engañe: detrás hay un productazo. Un camino de búsqueda de los mejores ingredientes naturales, artesanalidad en la preparación e innovación en las recetas.
En Chiles Hermanos buscamos el sabor. No nos interesan los extremos. Queremos que pique pero no en exceso. El picor debe ser un conductor del sabor. Es un instrumento clave en una orquesta interpretando una sinfonía.
Y en esa orquesta del sabor, podemos encontrar unos productos ya muy asentados como su Salsa picante de melocotones, habaneros y rábano picante y su Salsa picante de tomates y habaneros asados. Pero, ojo, hay que estar muy atentos a sus Ediciones Limitadas. César irá lanzando “small batches” de recetas únicas, como el Dip de Ciruelas, jengibre y habaneros que me acompaña en mi adicción por las recetas de Baos. Según mi opinión, este camino de pequeñas ediciones es lo que demuestra el espíritu inquieto e innovador de Chiles Hermanos.
Chiles Hermanos también me avanzaron que están investigando con nuevos pimientos. Evolucionar de sus seleccionados habaneros a otros chiles afines y un salto a Perú, uno de los epicentros culinarios mundiales, y sus maravillosos ajís. Queremos esos tesoros transformados en salsas, hermano César, la hermandad necesita nutrirse de tu poder. Contamos contigo.